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domingo, 8 de julio de 2012

Colapsos de andar por casa.

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"Nostalgias" - Estrella Morente



Se conocieron al anochecer. Después Ella le invitó a su casa y aquí estaba Él. Le enseñó su piso y sus manteles, sus sábanas y también sus tenedores y cuchillos, todo lo que tenía. Pero cuando se miraron por primera vez a la luz del día Él se fijó en su nariz.

- “Parece que se la hayan cosido, como si fuese de una cara ajena – pensó – Ni siquiera parece una nariz, mas bien parece una verdura. ¡Dios santo y qué fosas nasales! ¡No son nada simétricas! Y demás, no pegan la una con la otra. Una fina y ovalada y la otra enorme.” Se sacó un pañuelo y se secó la frente.

-¿Hace muchísimo calor verdad? -  la oyó preguntar.

- Oh sí. - contestó mirando de reojo a su nariz – “Está cosida, seguro – pensó de nuevo – Un objeto completamente ajeno en su cara. Hasta el color de la piel es distinto, más oscuro. Y las fosas…¡ nada de armonía! O quizá es un tipo distinto de armonía, a lo mejor como en Picasso.”

- ¿Cree usted que Picasso está en lo cierto? – preguntó

- ¿Cómo dice? Pi..ca…

- No nada, olvídelo – suspiró y cambiando de tercio bruscamente preguntó - ¿Ha tenido algún accidente?

- ¿Perdón?...

- Bueno…– Él suspiró y se quedó en silencio.

- ¿Lo dice por mi nariz?

- Si bueno, por eso.

- No, siempre ha sido así – dijo con rapidez – Siempre ha sido así.

- “¡Maldita sea!” – casi dijo en voz alta, pero sólo preguntó : - ¿De veras?

- Pero soy una persona muy armoniosa, sabe.– susurró Ella - ¡Si sólo supiera cuánto me gusta la simetría! Mire por ejemplo los geranios en mi ventana. Cómo están colocados : uno a la derecha y otro a la izquierda. Simetría total. Créame sólo soy así por fuera. Sólo por fuera.

Entonces Ella dejó su mano sobre su rodilla y El tuvo la sensación de que su mirada penetrante le quemaba el cerebro.

- Y estoy muy a favor del matrimonio y de la vida en común. – continuó susurrando y bajando la vista.

- ¿Por la simetría? – espetó Él.

- Por la armonía. – corrigió Ella suavemente –Por la armonía.

Él se levantó.

- ¿Cómo, ya se marcha?

- Sí, sí…ya me voy.

Le acompañó hasta la puerta.

- Sabe, no tengo nada que ver con lo que parezco desde fuera – dijo de nuevo.

- “Venga va” – se decía Él – “La nariz te delata. Está cosida a tu cara como una revelación.” Pero en voz alta sólo dijo:

- Realmente es usted como estos geranios ¿no es así? ¿La he entendido bien? ¿Todo armonía verdad? – y empezó a bajar las escaleras sin volver la vista atrás.

Ella se quedó inmóvil en la ventana viendo cómo se marchaba.

Y vio como Él se paraba abajo y se secaba la frente con el pañuelo. Una vez, dos…Pero no vio como sonreía al hacerlo, con qué alivio.  No pudo verlo porque las lágrimas le empañaban los ojos. Y los geranios también entristecieron, o al menos era triste su aroma.

"Los geranios tristes" - Wolfgang Borchert 
Traducción del ruso Anastasia K.

1 comentario:

  1. Ay nena qué bonito ese fragmento. ¿Está bien el libro? Hazme una lista de recomendaciones, anda, que ando de sequía.. un beset. Ana V.

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