Fijamos la coma en el mismo bolsillo
en el que guardo el olfato, la memoria
y los ojos que echo de menos
cuando el espejo no responde.
También debo recuperar su espalda,
el perro a los pies, casi triste
y la sensación de que me falta algo
para completar la imagen.
Es un acertijo hecho de mis
barbas y talones pasados,
un toque repetido en el estómago,
line descontinua que cruza mi frente.
Las fobias todavía están por definir,
aunque ya sé que como los pulpos
tienen tres corazones intercambiables
dependiendo de si cae viernes o trece.
¿Dónde?
Eso puede que te lo deje a ti,
al fin y al cabo siempre nos llaman
las plazas de los bosques y las orillas
de las ciudades sin oxigeno libre
que por la noche me invento en el mapa
desplegado en el borde de mi colchón.
(Antes de parpadear ten en cuenta
que desde ayer funciono con lo que olvido
y procuro cabmbiar de género por costumbre
como simple cuestión de perspectiva.)
¿Cuándo?
Podemos darle la vuelta al reloj
y marcar treinta vueltas desde ahora,
restar seis semanas de los principios
por sequedad ignorante de la pupila
y dar el color de la sangre por relativo
mezclando H, N y O sin medida.
Hecho el esquema, absorbo
al hombre-ancla de la mesa de al lado.
¿Sabes? Aún queda tiempo,
varios días hasta el deshielo
no abandones,
formula mejor la pregunta.
"Aproximación al deshielo" - Anastasia K.
Cada vez más enigmática, Anastasia. En esta melancolía se nota un rastro de optimismo.
ResponderEliminarno he entendido nada
ResponderEliminarYo tampoco.
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