Anastasia K.
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Detrás de la ventana
empieza el mundo
aunque ahora no
le haga falta observarme.
Hay un poco de fidelidad
en la inexactitud de las figuras
que me imagino al otro lado,
libres de mi anclaje cerebral.
Es fácil suponer algo de hambre
en su respiración,
algo de fealdad
en su forma de ignorarme.
Pasado el hueso de la noche
cierro los ojos,
escucho mi rutina pulmonar
y me repito:
conocen mi voz y mis pasos
pero saben olvidarme.
"Next door" - Anastasia K.
Una foto preciosa y un poema a su altura.
ResponderEliminarCasi me halaga más que no hayas mencionado la canción, que es lo único que no he tocado :)
ResponderEliminarContras, hija mia, si que es cierto que vas a destacar el jueves! Preparate para el estrellato. Y besos anonimos
ResponderEliminarCómo me ronronean los anónimos amables :) mentalmente y anónimamente te dedicaré algún que otro poema el jueves. uN beso!
ResponderEliminarSuele suceder que los recuerdos se transforman en olvidos que lo atraviesan todo sin interactuar con nada como si se tratara de neutrinos atravesándolo todo para no dejar huella nunca en nada, aunque a veces, esa fantasmagoría de la memoria (quizás tal vez sin causa ni importancia) se retracta. Quizás la mayoría de las veces sea más veneficioso para todos basarnos en olvidos y no en los recuerdos.
ResponderEliminarQuizás suponer tan solo es algo mecánico y repetitivo como la rutina de tus pulmones de la que hablas.
Un saludo.
Una cama y una casa en silencio dan para mucho, para muy poco, o para esto, según se mire.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por aquí Miguel.
Un saludo.
Llueve.
ResponderEliminarAquí no. Aún.
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