Sitio de Leningrado (8 de septiembre,1941-18 de enero,1944)
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"The Piano" - Michael Nyman
"...En verdad, no era necesario destruir la vida pasada; ella misma se caía a pedazos; se convertía en polvo. Por eso, cuando pensaba en aquellos años, Piotr se encogía de hombros. Consideraba lo que le había ocurrido como un castigo del destino. Un castigo por haber sido ciudadano de Herculano y Pompeya. En torno suyo se moría la gente de hambre, y por el escrobuto, mientras hablaban del pasado, rezaban o maldecían. Por eso él apretaba los labios y aprendía a callarse. Además, no había nada que decir. Las cosas eran como eran. Se trataba de una justicia vengativa.
Y ahora, la marcha del Ejército Rojo, que avanzaba como un río de lava, como una arrolladora potencia de la Naturaleza. Y él, metido en esa marcha, formando parte de la masa que avanzaba. Quizá comprendiera Piotr esa fuerza terrible, de la cual no eran sino la espuma o quizás una manifestación necesaria la inquietud y el terror de las hormigas. Pero, ¿basta comprender las cosas? ¿Y la mujer que le había dejado el libro? ¿Y todos esos millones de personas que se agitan absurdamente, espantadas, con la esperanza de que los ingleses... que los norteamericanos...poder huir...enterrar el oro o esconder dólares detrás de los tapices...procurando sonreír y disimular el odio? Y mientras, la tierra insultada, despedazada por doquier con las alambradas de los campos de concentración, absorbe sin cesar la sangre, los últimos gritos de unos seres humanos y las cenizas. La Europa de las modistillas y de los tenderos gordos con gorros de noche había preparado lentamente, ella misma, el veneno que habría de matarla.
Después de todo, era una dicha estar entre los vivos con el sol dándole a uno en la cara. Las rachas de disparos de las ametralladoras crepitaban en las cercanías del pueblo. Más allá, detrás de la línea del horizonte contestaba la artillería; Piotr levantó la mano y movió los dedos, asombrado de estar allí y hasta de la hora, el día, el mes, y el año en que se hallaba.
"El poder cambia de manos" - Czeslaw Milosz (1980)
Oye, señorita, que entre lo de irnos a EE.UU a comprar armas, este texto de Milosz y que no hago nada más que leer a gente que se suicidó... ¡voy a terminar fatal de la cabeza!
ResponderEliminarCon lo feliz que vivo yo ahora. Arroja la imagen de la muerte fuera, please! jajaja
:)
Rocío u otras maneras de llamar tu atención en época de exámenes.
Es que se suicidan, se suicidan...eso sí que es llamar la atención y lo demás son tonterías. Yo es que me hago amiga de la imagen de la muerte para saber que realmente todo podría ser peor. ( exceso de pesimismo se autoconsume y se convierte en optimismo. fórmula matemática de despeje made in Anastasia).
ResponderEliminarLlama mi atención por dió!!:)
me encantó hasta tu comment jaja. yo tb tengo un exceso de pesimismo...aun asi, doy gracias al negativismo por la inspiración que trae consigo.
ResponderEliminarDespues de todo tampoco soy un pesimista :)
Si es que ya te digo yo que la tienen tomada con nosotros. Si al final los pesimistas somos los mejores optimistas:)
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