Barajar caras y sus historias, hacer como que escuchas y saber disimular, quedarte con mucho y restarle importancia. Decir algo, arrepentirte, decirlo de nuevo y entenderlo.
J.D. Salinger
Recuerdo con horror nuestro pacto:
amor era también dejar en paz.
El que ama no puede definir,
meter al otro en su expectativa
o en la imagen de algo que ha ocurrido
y exigir que ocurra de nuevo.
El dedo que crea los labios del otro
no puede escribirlos
en su idea preconcebida. Evidente.
Pero ahora tienes que darme los rasgos
con los que estás familiarizado. Sólo lo que tú sabes de mí
puede retenerme aquí.
No me dejes en paz para que me transforme
en algo que ninguno de los dos ha previsto.
Sujétame con palabras que me conocen.
Kjell Espmark (Voces sin tumba, 2005 Traducción Francisco J. Uriz)
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