Wilhelm Reich
Mi corbata, mis guantes,
mis guantes, mi corbata.
La mariposa ignora la muerte de los sastres,
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años.
¡Oh!
Era yo un niño cuando los peces no andaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.
Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes,
tú luna, de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.
La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.
Es que nieva, que nieva
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.
Pero podemos bailar, árbol perdido.
Un vals para los lobos,
para el sueño de la gallina sin las uñas del zorro.
Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!
Mi sombrero y mis puños,
mis guantes, mis zapatos.
El hueso que más me duele, amor mío, es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
Las tres en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.
"Cita triste de Charlot" - Rafael Alberti (Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos,1929)
Me chifla este poema, Anastacia!
ResponderEliminarEl último verso es mortal.
Anastasia, este poema conversacional me parece especialmente interesante porque a pesar de una cierta coloquialidad sigue creando extrañeza. Eso explica el verso final, remate de eso que seremos alguna vez y de lo que la cita con el otro tampoco nos eximirá.
ResponderEliminarSolamente por curiosidad, ¿por qué traés en esta entrada a W. Reich?
Un saludo,
Arturo
El poema me parece inquietante en su totalidad pero teneis razón, el último verso te obliga a frenar en seco y volver.
ResponderEliminarArturo, Reich viene aquí porque estoy terminando de leer su "Análisis del carácter" (libro que por cierto me está pareciendo bestial) y al toparme por casualidad de nuevo con el poema de Alberti (supongo que influida por los ejemplos que pone Reich de pacientes tratados por él) relacioné muchos de los versos con esos pasadizos inquietantes en la mente que no sólo tienen que ver con la edad sino con el mundo interior de cada uno, con sus "corazas", "plagas emocionales" y demás.
Gracias por tu curiosidad :)
Un beso!