A ver si me aclaro, ¿en cuanto lo has dicho ha perdido todo el sentido?
Y ahora resulta que una vez hecha y respondida la pregunta hay un cierto tiempo (¿establecido por quién?) en el que la situación no puede repetirse. Lo mejor que te queda en estos casos, es la satisfacción de no haber perdido la compostura y haber sido capaz de hacer un descubrimiento sin que este te impida seguir el hilo de la conversación o de los silencios.
Por desgracia, muchas veces la pregunta se hace en un idioma tan conocido que ya no importa si tu respuesta suena a ruso.
"El canto del Petrel"
Sobre la nívea llanura del mar, el viento amontona las nubes. Entre las nubes y el mar vuela orgulloso el petrel, semejante a un relámpago negro.
Ya rozando las olas con sus alas, ya atravesando las nubes como una flecha, el petrel no cesa de gritar. Y las nubes escuchan un himno de alegría en los gritos audaces del ave.
¡Esos gritos expresan su sed de tempestad!
Las nubes perciben en estos gritos la fuerza de la cólera, la llama de la pasión y la seguridad de la victoria.
Las gaviotas gimen ante la tempestad, gimen y se balancean sobre las olas, buscando esconder en el fondo del mar su horror ante la tempestad. Los somormujos también gimen. Para ellos no es dable concebir la delicia del combate por la vida, y el retumbo de las olas les asusta. El tonto pingüino esconde tímidamente su cuerpo pesado entre las rocas. Tan sólo el petrel, orgulloso, vuela libre y soberano sobre el mar, cubierto de blanquísimas espumas.
Se oye el retumbo del trueno. Gimen las olas coronadas de espuma, en pugna formidable con el viento. De pronto, he aquí que el viento ciñe la procesión de las olas con sus robustos brazos, y colérico las arroja con todas sus fuerzas contra los duros peñascos, donde las masas líquidas se hacen polvo y se rompen en salpicaduras de esmeralda.
El petrel, más hermoso todavía, entre gritos rubrica el espacio, y como una flecha se hunde en el seno de las nubes rozando las crestas espumosas de las olas con sus alas. El petrel vuela como un demonio – el orgulloso y negro demonio de la tempestad- y solloza y grita. El petrel ríe de las nubes tempestuosas, sollozando de alegría. El petrel –atento demonio- ya percibe la fatiga de la cólera del trueno y adivina que las nubes ya no podrán ocultar más el sol. ¡No, no lo ocultarán!
El viento aúlla; retumba el trueno… Como una llama azul, las bandadas de nubes flamean sobre los abismos del mar. El mar aprisiona las flechas de los relámpagos y las hunde en sus abismos. Y como si fuesen serpientes de fuego, los relámpagos se tuercen y se apagan.
¡La tempestad! ¡Pronto tronará la tempestad!
Y así, más hermoso todavía, el orgulloso petrel vuela soberano y atrevido entre una fiesta de relámpagos, sobre el mar, que coléricamente retumba.
Y el profeta de la victoria grita:
-¡Qué ruja la tempestad! ¡Más fuerte todavía!
"El canto del Petrel" - Maksim Gorki,1901
Qué bonito. Aunque conozco a alguien que se divertiría tachando adjetivos.
ResponderEliminar:) Si si pero eso es algo a lo que ya me voy acostumbrando! Gracias por pasarte por aquí!
ResponderEliminarNo era tan feliz desde el día de mi primera comunión. Gracias.
ResponderEliminarSegún un taxista que hace unas cuantas noches rompió mis prejuicios taxísticos "las lenguas del futuro son el ruso, el griego y el alemán. Tú déjate de francés y esas historias."
Voy a tener que aprender ruso, o hacerme taxista.
A los doctos como tú que pasen por aquí: qué obra teatral termina diciendo "Sigue la tormenta"? (me suena haberlo leído en francés "toujours l'orage")
Jamás olvidaré ese anuncio de tempestad que, en un susurro de tu voz, trae todas las nubes para dejarlas suspendidas en la memoria. Abrazo enorme. Adri
ResponderEliminarYo diría que es mejor tirar por el lado del ruso que por el del taxista (por aquello de tener que trabajar de noche y acabar con el culo cuadrado). De todas formas es bueno saberse conocedora de una de las lenguas del futuro aunque sea en opinión de un taxista, que por cierto, muchos saben bastante más de lo que nos pensamos! :P
ResponderEliminarUn beso enorme a las dos y gracias por seguir mis desvaríos!
Holaa! Pero no me habías dicho que también tenías un blog. Tiene superbuena pinta, en cuanto pueda lo leeré con más tranquilidad. ;)
ResponderEliminarTe seguiré también. ¡Qué guay! María
Burevestnik! Mi familia cuenta con una corta pero firme tradición atea inaugurada por mí. Lo de la comunión era broma.
ResponderEliminarQue conste en acta
pd. a mí me pasa también lo de borrar comentarios y que quede grabado para la perpetuidad, jaja
Gracias gracias gracias! :))
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