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viernes, 30 de julio de 2010

Siempre lo contrario.

Intentas escribir algo sorprendente, ingenioso. Pretendes fingir un poco, exagerar otro tanto y dramatizar sentimientos.Piensas que es justo ahora, en este verso, donde vas a volcar todo lo negativo que llevas tiempo acumulando. Dando nombres y fechas. Mencionando situaciones y conversaciones concretas para que no haya lugar a dudas. Y cuando lo relees te das cuenta de que no podría estar más lejos de todo lo que intentabas decir. "Quizá no sea el momento" piensas. Y resulta una explicación de lo más conciliadora.

Jacques Prévert, París - Robert Doisneau


Las dos de la tarde.
Sillas, pasos, ruido de mandíbulas.
Hay un niño
llorando por costumbre
en la mesa de al lado.
También los camareros
se agarran a la costumbre
para no mandar al carajo
al típico pesado
que los llama de usted.

Bebo agua.
No por abstinencia
sino porque el vaso de vino
tiene un extraño reflejo
de algo que parece suciedad.
De todas formas,
no conviene emborracharse
cuando se está sola.
Siempre se necesita a alguien
que luego te reconstruya
la palabrería inútil
que anda suelta
después de la tercera copa.
Esa que por otra parte,
al menos en mi caso,
es la más provechosa.

Olvido mi provisional ley seca
establecida por la vaguería
del lavavajillas.
Cuando traen el bistec,
el cuchillo, como no,
no sería una amenaza
ni para un trozo de paté.
Así que también tocará
ponerme a régimen;
porque después de tanta agua
no me apetece nada
convertirme en la típica pesada
que llama a los camareros de usted.

El ritmo de las mandíbulas
disminuye con el postre,
eso sí,
el niño no se rinde.

Resulta que comer sola
no es desagradable
por la orfandad de la silla de enfrente,
sino por no tener a nadie
a quien poder quejarme
por aquel extraño reflejo
(a las tres sentencio
que definitivamente es suciedad)
en mi copa de vino vacía.

"Juego de sillas" - Anastasia K.




"Fast car" - Tracy Chapman (Tracy Chapman,1988)

2 comentarios:

  1. Fast Car como fondo para tu experiencia poética. Magnífica experiencia. Me encanta este poema, Anastasia K. Pero sobre todo y más allá, me gusta el cambio de look, que hayas soltado tu melena de la obligación de ser tan larga como para tocar tu espalda: en ese lugar crecen alas. Y con ellas.... te conviertes en magnífica mensajera de ese espacio entre la tierra y el cielo. Donde no sólo hay amores y desamores, dolores y alegrías, sino un genuino deseo de Vivir. Un abrazo con ganas de hacerlo real cualquiera de estos días en casa... con niños, brownie, pulseras y risas. Eso te lo puedo asegurar. Beset!

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  2. Ay ay ay , que concepto tan exageradamente bonito tienes de mi :P. Muchas gracias por la invitación (me encanta como suena lo de los niños, brownie, pulseras y risas):))

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